domingo, 15 de marzo de 2015


El papa dice que es una "injusticia" que los maestros estén mal pagados

Sábado, 14 de Marzo 2015  |  6:12 pm
El papa dice que es una "injusticia" que los maestros estén mal pagados
Créditos: EFE
"Enseñar es un trabajo bellísimo, lástima que los profesores están mal pagados", dijo el papa Francisco en una reunión con la Unión Católica Italiana de Profesores.

El papa Francisco calificó este sábado de "injusticia" el hecho de que los profesores estén mal pagados, a pesar de que, a su juicio, desempeñan "un trabajo bellísimo" y de "gran responsabilidad".Temas relacionados:

"Enseñar es un trabajo bellísimo, lástima que los profesores están mal pagados", dijo de manera improvisada y suscitando el aplauso de los miembros de la Unión Católica Italiana de Profesores, a quienes recibió este sábado en el aula Pablo VI.

"Esto es una lástima porque non solo es el tiempo que destinan para crear la escuela, sino que deben prepararse, pensar en cada uno de los alumnos, en cómo ayudarles a continuar hacia delante. Es una injusticia", señaló.

El pontífice dijo basarse en su propio país, Argentina, porque es el que conoce mejor.

"Los profesores, para tener un sueldo adecuado, deben al menos hacer dos turnos ¿Cómo logran hacer dos turnos?", se cuestionó.

Bergoglio explicó que "en una sociedad a la que le cuesta encontrar referentes, es necesario que los jóvenes hallen en la escuela un ejemplo positivo".

Así, subrayó la necesidad de contar con "profesores capaces de dar un sentido a la escuela, al estudio y a la cultura, sin reducir todo a la simple transmisión de conocimientos técnicos sino tratando de construir una relación educativa con cada estudiante, que debe sentirse acogido por lo que es, con sus límites y virtudes".

"Enseñar es una gran responsabilidad, un compromiso serio que solo una personalidad madura y equilibrada puede asumir (...) Una tarea así puede infundir temor pero conviene recordar que ningún profesor está solo: comparte siempre su trabajo con otros colegas y con toda la comunidad educativa", apuntó.

sábado, 14 de marzo de 2015


Entrar a los temas del crecimiento a largo plazo, implica hablar de cosas quizás demasiado incómodas para nuestros políticos.Reformas económicas de verdad significan eliminar ineficiencias, y donde hay ineficiencias hay siempre en juego regiones, gremios, sindicatos y voto fácil. Dado lo anterior, una propuesta de reforma económica requiere no sólo un buen proyecto sino también un escenario político adecuado. Hace un par de años todavía teníamos esa opción. Desde hace algún tiempo ya no.
El ‘boom’ de las materias primas permitió por un momento olvidarnos de avanzar con las reformas en el país, es decir, con el ‘barrido’ de las ineficiencias que nos agobian. Cuando hubo la oportunidad, que era en la época de las ‘vacas gordas’, y donde se podía ‘remar’ mejor en la arena política, se realizaron sólo aquellas donde la popularidad no se viera comprometida y permitiera continuar en estado de ‘flotación económica en marea alta’. Ya cuando recientemente se ha querido hacer algo, el contexto político ya no lo permitió, y no hay visos de que esto cambie hasta después de las presidenciales.
Dicho esto, cuando uno revisa las proyecciones de crecimiento de los principales analistas, se habrán podido dar cuenta de que todas éstas descansan en un elemento clave: “la proyección está sujeta a que se ejecuten los proyectos de inversión esperados para el año”. Yo lo único que recibo cuando converso con gente involucrada en estos proyectos son sus preocupaciones por los riesgos de retrasos. Y creo que la prensa también los recoge. Y esto no nos debiese sorprender, si consideramos que uno de los grandes problemas que tiene el Perú es la falta de predictibilidad para el cumplimiento y la ejecución de sus contratos. Cada vez que se quiere ejecutar, o si quiera empezar una obra, surgen las demandas, quejas, protestas de diferentes grupos de interés que llevan a paralizaciones del proyecto y las consecuentes negociaciones que no deberían existir en un país donde lo que está escrito se cumple. En este contexto, cada vez que veo alguna proyección de crecimiento para el 2015 y el 2016 no puedo dejar de pensar en cuándo se hará la siguiente revisión.

miércoles, 11 de marzo de 2015


ESTE AÑO HABRÁ CONCURSO PÚBLICO PARA DIRECTORES Y ESPECIALISTAS DE DRE Y UGEL: Ministro de Educación Jaime Saavedra subraya principio meritocrático en revalorización docente. 

El Ministerio de Educación - MINEDU, convocará este año, por primera vez, a un concurso público para acceder a cargos de director y especialistas de Direcciones Regionales de Educación (DRE) y de Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL), anunció el titular del sector, Jaime Saavedra Chanduví

En su presentación ante el pleno del Congreso de la República para exponer los progresos de la implementación del Proyecto Educativo Nacional, que establece las políticas de Estado para mejorar la calidad educativa en el país al 2021, el ministro sostuvo que el propósito es que todas las plazas administrativas en las DRE y Ugel sean concursadas. 

"Va a ser la primera vez que se convocará a concurso público para el acceso a estos cargos administrativos y la idea es que todas las plazas en las 26 Direcciones Regionales de Educación y las más de 200 Ugel que hay en el país sean puestas a concurso público", manifestó. 

Ascenso y nombramiento 

En otro momento, el titular de Educación ratificó que con el segundo concurso de ascensos para la carrera pública magisterial programado para este año y que beneficiará a 30,000 docentes a nivel nacional, se tendrá un total de 55,000 docentes con mayores salarios. 

Agregó que este 2015 también se realizará un concurso de nombramiento docente con 8,000 plazas. "Queremos asegurarnos que sea un concurso exigente. El objetivo central no va a ser nombrar a la mayor cantidad de gente, sino dar la señal de que la carrera docente es retadora y compleja ", enfatizó. 




El funcionario destacó que el Minedu también continuará con el otorgamiento de bonificaciones a los maestros, entre los que destaca una asignación especial de 18,000 nuevos soles a pagarse en tres años. 

Becas y capacitación 

Ante la representación nacional, el ministro Saavedra Chanduví afirmó que se continuará otorgando la beca Vocación Maestro, así como el proceso de formación en servicios educativos con una capacitación que beneficiará a 100,000 docentes. 

"Todo esto nos debe permitir hacia el año 2021 consolidar una carrera magisterial retadora, exigente, meritocrática, que atraiga a los profesionales más talentosos y al menos duplicar el salario promedio entre este año y el 2021, pero en función a reglas meritocráticas", expresó. 


lunes, 9 de marzo de 2015

EL SUTEP PATRIA ROJA CONVOCA
 PARA EL 8 DE ABRIL A UN PARO A 
NIVEL NACIONAL AL MAGISTERIO

El secretario general del  Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP), Hamer Villena, comunicó que la afiliación que representa ha convocado a un paro nacional para el día 8 de abril con el fin de exigir un aumento de sueldos y pensiones y el nombramiento de las 106,000 plazas vacantes.
Además, exigir un piso salarial de  acuerdo a la canasta básica familiar, un nuevo régimen pensionario y la restitución de diez mil maestros interinos que han sido despedidos a nivel nacional.
Villena hizo estas declaraciones en RPP Noticias a propósito del inico del año escolar a nivel nacional; y criticó las expresiones del presidente Ollanta Humala manifestando que no es cierto que la educación haya avanzado.
“Hemos sacado un comunicado donde desnudamos que no se ha superado la brecha de infraestructura. Tenemos un déficit de 2,320 mil instituciones educativas que pueda coberturar la educación inicial”, expresó.
Agregó que en la actualidad "hay 106,000 profesores en planilla con un denigrante sueldo de 1,000 nuevos soles, además de 175,000 ubicados en la primera escala con un sueldo de 1,300 nuevos soles".
“Estamos exigiendo que para el 29 de marzo se aplique una evaluación de desempeño en el aula y no una prueba escrita para diez mil docentes interinos en la zona de selva”, manifestó. 
Criticó que la pensión de un maestro jubilado sea de 680 nuevos soles; es decir, menos que un Sueldo Mínimo Vital. Por eso, dijo que no cree que en la promesa de que se duplicará el sueldo de los maestros porque eso será el año 2021.
De otro lado, se mostró en contra de ampliar diez horas más el tiempo de estudios de los escolares, indicando que no se logrará los objetivos aumentando más horas de inglés y educación física. “No hay que incrementar horas por incrementar”, puntualizó.

sábado, 7 de marzo de 2015

LECTURAS

OSCURIDAD DIGITAL

Y si todo lo que "colgamos" en Internet se borrara… ¿Qué sería de nosotros? 

Reflexionemos a partir de esta lectura.
 
Sin lugar a dudas, tener "todo" en la nube, digitalizar el mundo físico, tiene innumerables beneficios. Sin embargo, los grandes genios de la web, los creadores de la gran autopista de la información, ya se están preguntando qué pasaría si, por alguna extraña razón, todo lo que hemos "colgado" en Internet desapareciera.
Esto, sin duda, lo hemos experimentado de alguna pequeña forma todos aquellos que hemos sido víctimas de virus o de algún amigo de lo ajeno que nos privó de nuestra laptop, por ejemplo, llevándose toda nuestra información con él.
El artículo que leerás a continuación, publicado por BBC, parte de las reflexiones de Vint Cerf, uno de los padres de Internet sobre este tema particular. Asimismo, Cerf lanza algunas propuestas para evitar que perdamos información al volverse obsoletos algunos de los dispositivos que ahora usamos (pensemos en aquellos videos que grabamos en Betamax o VHS y ahora no podemos ver).
Esperamos atentos tus reflexiones sobre este tema. ¡Buena lectura!
por Pallab Ghosh [BBC]

Uno de los padres de internet estudia cómo enfrentar el problema que "amenaza con erradicar nuestra memoria".
¿Y si un día desaparecieran todos los documentos e imágenes que hemos ido guardando en las computadoras durante décadas?
Ese es el temor del estadounidense Vint Cerf, uno de los padres de internet -comparte el título con su compatriota Bob Kahn-, y actual vicepresidente de Google.
Cerf cree que cuando el hardware y el software actual se vuelva obsoleto, podríamos entrar en lo que denomina "la era oscura digital", en la que las futuras generaciones no tendrían registro alguno del siglo XXI.
Así advirtió durante una conferencia en San José, California, Estados Unidos.
El pionero de la red global llegó a la cita anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia elegantemente vestido, con un traje de tres piezas.
Esta figura icónica, que ayudó a definir cómo los paquetes de datos circulan por la red, es quizá el único empleado de Google que lleva corbata.
Me sentí obligado a agradecerle por hacer posible la existencia de internet, a lo que respondió: "Me siento feliz de ser útil".
"Es algo que me preocupa mucho", reconoció Cerf a la BBC.
Ahora está enfocado en resolver "un nuevo problema que amenaza con erradicar nuestra historia".
Nuestra vida, nuestros recuerdos, las fotografías familiares más preciadas son en la mayoría de los casos unos cuantos bits de información almacenados en nuestras computadoras o en "la nube", los servidores permanentes de internet que permiten guardar información.
Pero como la tecnología avanza sin parar, existe el riesgo de que todos esos datos se pierdan en los márgenes de la revolución digital, según advierte Cerf.
"Es algo que me preocupa mucho", me reconoció Cerf. "En cierta medida, ya lo estamos viviendo. Ya no podemos abrir los documentos o presentaciones creados en formatos viejos con la versión más reciente de nuestro software, porque la compatibilidad con sistemas y aplicaciones anticuados no está garantizada", explicó.
"Y lo que puede ocurrir con el tiempo es que, aunque acumulemos vastos archivos digitales, terminemos por no saber qué contienen".

"Retrato digital"

Ante esta potencial amenaza, Cerf está promoviendo la idea de preservar cada pieza de software y hardware que se haya producido, de la misma manera que hacen los museos, para que nunca se vuelvan obsoletos. Propone guardarlos de forma digital, en servidores en nube.
Si su idea funciona, nuestros recuerdos serán accesibles para las generaciones futuras.
El objetivo de la propuesta del vicepresidente de Google es que ningún software o hardware se vuelva obsoleto del todo nunca.
"La solución es retratar con rayos X el contenido, la aplicación y el sistema operativo, y guardarlo todo junto a la descripción de la máquina en la que se ejecutan. Esa especie de fotografía digital recreará el pasado en el futuro", explica.
Para que esto fuera posible, una empresa tendría que prestar el servicio. Sin embargo, le recuerdo a Cerf que muy pocas compañías han durado más de 100 años.
Así que, ¿cómo garantizar que tanto nuestros recuerdos personales como la historia de la humanidad estén salvaguardados a largo plazo?
Incluso puede que Google no exista en el siguiente milenio, le dije.
"Es evidente que no", se rió. "Pero creo que es divertido imaginar que estamos en el año 3000 y que haces una búsqueda en Google. La fotografía de rayos X que estamos tratando de captar podría transportarse de un lugar a otro. Así que debería ser capaz de moverla de la nube de Google a otro servidos en línea, o incluso a una máquina que tuviera en casa", señaló.
Cerf sugiere guardar réplicas de todo hardware, software y contenido de forma digital, en nube.
"La clave aquí es que, cuando mueves los bits de un sitio otro, aún sabrás cómo desembalarlos para interpretar las diferentes partes correctamente. Esto será posible si estandarizamos las descripciones", aseguró.
"Y ese el asunto central aquí: cómo asegurar que en un futuro lejano estos estándares se sigan conociendo y que se pueda interpretar las fotografías de rayos X construidas con cuidado".
La idea de Cerf ya ha sido puesta a prueba en la Universidad Carnegie Mellon, en EE.UU., por el investigador Mahadev Satyanarayanan.
"Está sin pulir, pero ya se ha demostrado que funciona", indicó el padre de internet.
PERUANIDAD

DEFENSORA DEL APRENDIZAJE

Este 8 de marzo es el Día de la Mujer. Recordemos a Mercedes Cabello, escritora peruana, gran defensora de la educación de la mujer.
 
 
Hace 150 años las mujeres podían estudiar únicamente la primaria. La secundaria y los estudios universitarios les estaban vedados. La irrupción en las letras nacionales de un significativo grupo de escritoras fue un fenómeno que sorprendió a la conservadora sociedad de entonces.
 
Mercedes Cabello era una de ellas. Había nacido en Moquegua el 7 de febrero de 1845, cuando gobernaba Ramón Castilla. Recién se había inaugurado el ferrocarril que unía Lima con el Callao, y la capital empezaba a conocer el uso del gas en el alumbrado público. Su padre fue el hacendado Gregorio Cabello y su madre Mercedes Llosa. El talento, la curiosidad y pasión por la lectura —no precisamente del catecismo, sino de autores en esa época prohibidos para las mujeres como Zolá, Flaubert, Victor Hugo, Goethe— sentaron los fundamentos de su amplia cultura. Niña aún y bajo el seudónimo de Enriqueta Pradel ya había escrito un libro de poemas:  El álbum.
 
Llegó a Lima casi de 20 años y casada con el destacado médico Urbano Carbonera quien, 17 años más tarde, la dejó viuda. Desde 1874, en El Correo del Perú, periódico de la época, colaboró con artículos sobre la influencia de la mujer en la civilización moderna, y también sobre poesía. Solía acudir a las veladas literarias convocadas por la escritora argentina Juana Manuela Gorriti, allí leyó algunos de sus trabajos sobre la literatura, la educación y la condición de la mujer y se ganó el aprecio y la admiración de algunos intelectuales como el historiador Manutelli Rosas o Ventura García Calderón, a pesar de que este alguna vez hiciera alusión a su supuesta «vocación de pedantería».
 
Sus contemporáneos no estuvieron preparados para una inteligencia y un espíritu tan decidido como el suyo, tampoco lo estuvieron para las mujeres de esa generación, entre ellas: Trinidad María Enríquez, Clorinda Matto, Carolina Freire, María Nieves y Bustamante, Margarita Práxedes Muñoz, Elvira García y García y Zoila Aurora Cáceres. Perú, en esos tiempos, llevaba aún, de modo muy marcado, formas de vida casi virreinales que para muchos era el Edén añorado. El tipo de mujer escritora, libre de toda responsabilidad conyugal suscitaba enojo, enervaba a los hombres y a las instituciones. Todas esas mujeres, especialmente Mercedes Cabello, fueron tildadas de raras, excéntricas, marisabidillas, feas y frustradas, el ideal seguía siendo el de las tapadas con sus astucias y subterfugios, y las dulces esposas y madres encerradas entre las cuatro paredes de sus casas.
 
Haciendo gala de su aguda ironía, Mercedes Cabello escribió: «Yo quiero mujer que cocine /que planche y que lave / que zurza las medias / que cuide a los niños / y que crea que el mundo / acaba en la puerta que sale a la calle. /Lo digo y repito/ y juro que nunca/ tendré por esposa:/ mujer escritora».
 
A esa forma de asumir su voz, de plantarle cara a la existencia, se enfrentó con hostilidad el conjunto de la sociedad y la Iglesia.  Pero ella supo abrirse espacios más allá de nuestras fronteras, según Jorge Basadre, colaboró, «con artículos de carácter filosófico, sociológico, pedagógico y literario» en La Revista Literaria de Bogotá, El Correo de EuropaEl Correo Ilustrado de Lisboa, La Prensa Libre de Costa Rica, El Álbum Ibero-Americano de Madrid, El Plata Ilustrado de Montevideo, entre otras publicaciones.
 
Esta mujer que «escribía mejor que muchos hombres» tuvo una producción enorme, en 1886 apareció su primera novela que recibió el premio del Ateneo de Lima: Sacrificio y recompensa, luego siguieron:  Los amores de Hortensia (1887) y Eleodora, ese mismo año, Blanca Sol (1889), Las consecuencias (1890), y la más famosa de todas: El conspirador (1892).  En torno a la política pensaba que si la mujer participaba en ella «No haría más que ir a envolverse en ese drama de pasiones políticas, donde la astucia y la falsía desempeñan los principales papeles…».
Mercedes Cabello, que consideró bárbara (en el sentido de retrógrada) la educación impartida a las mujeres y que abogó toda su vida por darles la mejor de las formaciones culturales y científicas, fue internada, con los nervios quebrados, casi durante diez años en el Manicomio de Lima.  Allí permaneció por decisión de su familia hasta el día de su muerte, ocurrida el 12 de octubre de 1909.
HÉROES CON ESCUELA

LECCIÓN DE ALTURA

Ocho horas de camino. Siete alumnos. Cuatro grados. Un aula. Cero vecinos cuando cae la noche. Areli Reyes nos cuenta cómo es ser docente en la IE multigrado del lejano caserío de Culebramarca, en las alturas de Pasco. Esta es una historia de vocación.
Son las cuatro de la mañana y Areli Reyes Dávila, 29 años, pasqueña, profesora de primaria, ya está en pie y sin desayuno. Dentro de algunos minutos debería anunciarse Herald Ninahuanca, el único colectivero del distrito de Paucartambo que accede llevar a los escasos visitantes de Culebramarca hasta donde muere la trocha y comienza el camino hacia el poblado. Areli espera comenzar temprano el ascenso a la pequeña comunidad dedicada al cultivo de papas en la que enseña, perdida entre montes y neblina, y a la que nadie llega por error. PerúEduca la acompañó en su último ascenso a Culebramarca antes de terminar su año lectivo.
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"Cuando dije ‘agarro la plaza de Culebramarca', todos me miraban, así, con los ojos de susto. Inclusive estaba el director de la UGEL y me miró. Los maestros de atrás gritaban ‘Bravo, bravo para la profesora, se va ella a Culebramarca, ¡qué valiente!'. Entonces ahí me pregunté: ‘¿A dónde me voy?'", cuenta.
No se trata solo del largo camino: el reto de enseñar en Culebramarca está en llegar para quedarse. Areli sale de la localidad solo una vez al mes para comprar abarrotes e ingresar notas al sistema.
Nueve personas se apretujan en la única movilidad que ese día subirá trocha hacia Tindalpata, la última localidad con servicios básicos completos en la zona. A través de la ventana solo se ve valle y frío. La lluvia de los últimos días ha formado una piscina de barro arcilloso que atrapa las llantas de la station wagon. Esta vez, la ruta será particularmente dura: no serán siete horas de ascenso, serán casi nueve. Toca descargar las mochilas y cajas de comida del techo del auto para esperar a Don Florencio y sus burros.
"Ni en sueños pensaba llegar a un colegio caminando tantas horas, bajo la lluvia, tener el temor de perderme en el camino" dice Areli. Desde que comenzó a trabajar como docente en 2010, le tocaron instituciones a diez, quince minutos de su casa. Ahora, solo sale de Culebramarca unos cuantos días al mes. Lo suficiente como para insertar notas en el sistema, hacer el nuevo cargamento de comida para la siguiente estadía, visitar a su madre, encontrarse con algunos amigos. Salir de Culebramarca toma un día. Regresar, día y medio.
Cuesta arriba
 "Del camino me dijeron de todo. Que te encuentras con la culebra, que en Leonpampa hay león, que cuando Culebramarca se llena de nubes, llega el oso. Me asustaron" recuerda. Luego, aprendió que no debía creerse todas las historias. Tras cuatro horas de caminata, llegamos a la llanura del León y no hay ningún felino amenazador a la vista. Avanzamos para ganarle a la neblina, que rápidamente cubre la ladera de las montañas. Es poco más de la una de la tarde, pero el cielo está tan cargado que parece que estuviera a punto de anochecer. 
La Lluvia cae como ducha, desde arriba, de lado, lo moja todo, rebota en la tierra. Hay que moverse con cuidado: desde Luichococha a Culebramarca, el fango está vivo. Los pequeños pantanos que atrapan el pie hasta el filo de la bota están en todos lados. Las dos horas perdidas de la mañana han convertido la caminata en una lucha contra el tiempo: hay que llegar antes de las seis de la tarde, sí o sí, y aún quedan cuatro horas de camino Las pocas casas que rodean al lago de Luichococha  son las primeras que se logran ver luego de seis horas de caminata. Queda aún superar dos hileras de montañas para llegar a Culebramarca. Los gritos de los profesores están ahí, mientras Areli llena los pulmones de aire para seguir andando.
Ocho horas después, un techo
La primera casa de Culebramarca se logra ver una hora después de dejar atrás Luichococha. Allí está Don Florencio, esperando la llegada del grupo a pie para bajar al centro comunal y descargar los paquetes de los burros. Desde la primera casa no se ve más que laderas sin cultivar ahogadas en lluvia.
La comunidad agrupa menos de veinte personas, cinco casas, centenares de carneros y una que otra leyenda.  Visitar al vecino supone al menos 30 minutos de caminata. El centro del pueblo es solo una casualidad conformada por una capilla abandonada, unos baños a medio hacer, la escuela antigua con su fogón, la escuela actual y un centro comunal recientemente construido, pero al que ya le faltan algunos vidrios. La profesora Areli, completamente empapada, saca la llave y abre con confianza la puerta del local. Finalmente hemos llegado.
Sola con tu soledad
La de Culebramarca es una vida en aislamiento. Una vida en la que, excepto por la FM, no hay cómo saber qué pasa en el resto del país. Aquí no hay llamadas,  televisión o vecinos. Tampoco hay agua potable, solo un balde para sacar un poco de agua de río cada mañana. El foco del centro comunal funciona con el panel solar que la profesora solicitó para el colegio cuando llegó. El silo está cruzando el riachuelo, y de noche hay que adentrarse en la oscuridad total para usarlo. Pocos pasan por el centro comunal: tal vez algún padre o madre de familia que viene con  papas de regalo, o la visita mensual del equipo itinerante del Ministerio de Salud para las zonas rurales de Pasco. "Cuando los niños se van a las cuatro de la tarde, quedo absolutamente sola" dice con voz de resignación.
No muchos tienen la fortaleza para mudarse a Culebramarca por un año entero. Ella misma pensó que no podría lograrlo. "El día que llegué dije: mañana amanece y me voy. Pero ya comenzaban las clases, los niños comenzaron a bajar de las puntas. Si renunciaba, seguro venía otra persona y hacía lo mismo que yo. Tomé la plaza, es mi trabajo" se exige.
"En los lugares más lejanos trabajamos las mujeres. En la adjudicación, yo veía que los profesores que llamaban para tomar la plaza estaban ahí y no respondían. Cuando toman plaza lejana, muchas veces llegan al lugar y si no les gusta, se van" dice. Areli completó su año de trabajo en diciembre de 2014 y en su paso por Culebramarca ha transformado aula, alumnos, y dejado nueva habitación del docente para quien tome la plaza en 2015. El trabajo ha sido duro.
Nueva profesora, nuevo hogar
A ochenta metros del centro comunal, pasando un pequeño canal y un par de ojos de agua,  están el colegio, la vieja escuela y la vicharra – fogón – en la que los docentes preparaban sus alimentos. Hasta 2013, los profesores utilizaban el antiguo colegio de adobe, devenido en almacén del colegio y de la comunidad, como habitación. "Estaba oscuro, olía a guardado, había insectos, podía entrar la rata" recuerda la profesora Areli. Acomodarse en el nuevo local de la comunidad implicó varias caminatas y muchos más argumentos. Tuvo que visitar de casa en casa a las autoridades de Culebramarca para conseguir el permiso. "Compré este cable, jalé la luz. Traje el balón de gas, mi cocina, el colchón, armé la cama con ladrillos y maderas y así pude quedarme" dice mientras pone a calentar agua en la tetera.
Salón en revolución
En Culebramarca, la jornada inicia antes de las cinco de la mañana. Basta un poco de luz para que en las lejanas laderas arranquen los quehaceres de la casa. La profesora llena la tetera con agua rojiza de río prende la radio, escucha las noticias de la capital Una silla con cajas de laptops XO entregadas hace años y que ahora lamentablemente ya no están operativas por falta de uso  cumplen la función de tener la radio a la altura de la ventana. Voces limeñas discuten sobre temas que poco parecen afectar Culebramarca, pero que Arely escucha con imbatible atención.
Los chicos aparecen en la puerta un par de minutos antes de las ocho, puntuales y sin reloj. "Ya, a cambiarse los zapatos, hagan fila ordenados" dice. La revolución del aula comienza por los pies. Siete pares de zapatitos de lana, todos tejidos a mano, sustituyen las botas de plástico con la que los chicos han llegado corriendo desde las alturas de Culebramarca. "Por la distancia que ellos viven, los niños venían todos los días con sus botitas. Los niños se quejaban por el frío durante las clases. Hemos  creado los zapatitos abrigadores. Se ha buscado las plantillas y se ha creado los zapatitos tejidos con la lanita de carnero" cuenta Arely. Las pantuflas de salón, junto con los asientos forrados de lana de carnero, han sido las primeras soluciones que ha profesora ha impuesto para hacer que los chicos dejen de pensar en el frío y se concentren en la clase.
Cambio de hábitos
Desde que Areli está a cargo de la IE, entrar al aula se ha convertido en una ocasión más para aprender: todos los niños marcan asistencia colocando la hora en un reloj de cartón, renovando la fecha y día de la semana en la pared calendario. Arely ha hecho del aula un espacio para conocer objetos y dinámicas que tal vez los chicos no usen frecuentemente en la localidad, pero que les conviene conocer si bajan a la ciudad. La mañana comienza con arroz, leche y galletas: a la mesa del desayuno están Rosa Vizcayo (9), Ania Laurencio (9), Denisa Laurencio (10), Rosmelinda Crisóstomo (10), Hilton Yalico (11), Eusebio Crisóstomo (12) y Yoner Crisóstomo (13), y son la razón de Arely en Culebramarca. Cada quien pone sobre la mesa su individual de tela de costal con  las primeras letras de su nombre y apellido bordadas y comienza a desayunar. "Tienen que saber agarrar bien los cubiertos, tener individuales y saber para qué sirven" apunta Arely. Cuando terminan, botan las envolturas de galletas en el basurero de residuos plásticos y las migajas al basurero orgánico. "Si algún día visitan Lima deben saber por qué hay basureros de distintos colores" insiste.
"Yo  trato de presentarles cosas que no conocen para que estén preparados y sepan afrontar la vida si en algún momento salen de Culebramarca. Aquí me dijeron que por qué perdía el tiempo en eso. Algunos padres no valoran el tipo de educación que les estoy dando: que para qué los individuales,  para qué una fotografía en su mesita, si no es importante", lamenta. Para Areli es todo lo contrario: es una forma de levantar la autoestima de los pequeños, que se sientan únicos. Y lo ha logrado: es, en realidad, la foto de cada chico rodeada de palitos de chupete es lo que más le gusta a los niños de su nuevo salón.
Nuevo año, nueva aula
 "Cuando llegué encontré un aula en estado crítico. Los pisos estaban carcomidos por la humedad, cuando caminábamos nos hundíamos. Había unas carpetas, un escritorio, un librero, y una pizarra. Era un aula poco atractiva, los niños no tenían ninguna motivación para venir a las clases. Faltaban, ponían de pretexto la chacra, así que transformé el aula" dice la profesora. El trabajo fue duro: renovar el salón le tomó de marzo a julio. "El salón no estaba así de ordenado, así de limpio, el piso estaba roto, suelto, sin pintar. No daba ganas de venir al colegio a comienzos de año dice Yonel, que por estos días se debate entre elegir dedicarse a la agricultura desde ahora o  a la secundaria o dedicarse desde ahora a la agricultura.
Lo primero que hizo fue comprar nuevos tablones para el piso. El piso del salón, ya hundido en algunos puntos, no daba para más. Los tablones fueron llegando a Culebramarca a lo largo de dos meses para evitar costos extra.  Los padres dedicaron varias jornadas a clavar los nuevos pisos y darles la capa de marrón cerezo que hace ver el salón tan pulcro ahora.
Lo siguiente sería renovar las paredes. "Pinté el aula en tres colores diferentes: de verde, blanco y celeste. En todas las aulas tenemos el pintado de un solo color. Yo quería cambiar esa rutina" La puerta ha quedado inconclusa: el presupuesto no alcanzó para reemplazar las placas de vidrio rotas y el frío filtra. La misión de reponerlas queda para quien llegue a enseñar este año.
Aprender manipulando
La mañana arranca con la clase de comunicación. La historia de una vicuña que no hace caso a las advertencias de su madre será el tema del día. La profesora da copias a todos los chicos y ellos corren a sentarse debajo de la esquina de lectura: la biblioteca es ahora abierta, e incluso algunos libros cuelgan del techo gracias a algunas pitas y unos ganchos de ropa. Niñas y niños se sientan sobre una piel de carnero y comienzan la lectura. En la tarde tendrán que representarlo al aire libre con máscaras y disfraces hechos en cartulina.
La participación de la profesora Areli en el Programa Educativo Logros de Aprendizaje (PELA), con el que aprendió a sacar el máximo provecho a los materiales educativos del Ministerio de Educación -esos que muchas veces quedan abandonados en cajas- ha marcado definitivamente su forma de enseñar en el aula y de lidiar con el reto de un salón multigrado. Lo que aprendió entre 2012 y 2013 en el programa ha tenido impacto en Culebramarca.
"Aquí los chicos tienen muchas dificultades con la producción de textos, con la resolución de problemas en matemática. Los materiales me han ayudado mucho" asegura Areli. Ella tiene una regla clara: evitar en lo posible que los chicos aprendan de manera pasiva. Importante detalle, además, cuando las clases van de 8 am a 4 pm: la jornada larga compensa los días que la profesora sale de Culebramarca por nuevos alimentos.
"El aprendizaje tiene que ser manipulable. Cuando no hay materiales, enseñar de manera  imaginaria no funciona igual. Tienen que agarrar, manipular ahí, para que el aprendizaje sea más significativo" asegura.
Para enseñar matemática también tiene más de un truco. Ahí están las maquetas hechas por los chicos, las regletas de Cuisenaire, las calculadoras digitales y las de rejilla de colores, los materiales de ciencias. También, por supuesto, tiene propuestas propias."Los juegos como el bingo les llama mucho la atención. Con el bingo han aprendido a sumar, a restar, a multiplicar" dice. Arely reparte tarjetas a los chicos, y va aprovechando los resultados de los dados para que multipliquen y sumen hasta llegar al número que pueden marcar. Mucho más divertido que darles veinte operaciones para que las desarrollen en orden y silencio en el cuaderno.
Mercado imaginario
En Culebramarca no hay tiendas. Las monedas y billetes se usan fuera de la localidad, cuando los padres bajan a la localidad de Santa Isabel a comprar abarrotes o vender papas. Los niños están fuera del sistema monetario y son pocas sus oportunidades para aprender a distinguir los diferentes tipos de billetes y monedas en circulación. Areli ha procurado que el aula también tenga un espacio para que los chicos sepan cómo comprar y recibir vuelto sin fallar. Ese lugar se llama Doña Paola, la bodega escolar en la que los chicos aprenden a pesar menestras, vender pilas, bolsas de fideos, avena, jabón, infusiones, galletas, y más productos básicos que los chicos tienen en casa.
La bodeguita de Doña Paola ha sido surtida con las envolturas vacías de los alimentos Qaliwarma, junto con cajas y objetos que la profesora ya no usa. La balanza es material didáctico del Minedu. Un par de ganchos de ropa, unas pitas, unas cajas forradas de colores completan la bodega. Costo del proyecto: menos de diez soles. La bodeguita es, sin duda, la estrella del aula.
Hoy la pequeña Ania (7) se pone el delantal para convertirse en Paola. Pesa medio kilo de oca y un kilo de papa en la balanza, suma tres bolsas de fideos (rellenas de pajas de ichu secas) y una caja de té filtrante. Hace la suma en su libreta, entrega una boleta a su hermana Rosmelinda. Luego lucha con las monedas para dar el vuelto correcto. "Los chicos tienen que aprender también esto. Hay que traer al salón lo que no conocen" insiste Areli.
Larga caminata al hogar
La clase termina a las cuatro de la tarde. Ania y Rosmelinda hacen una invitación especial a su casa esta noche. Será una hora y media de camino para llegar a la casa de la familia Crisóstomo. Luego de varios kilómetros de caminata, despunta una casa cerca de un cultivo de tierra fresca y oscura. Llegamos cuando el sol comienza a ocultarse.
En la cocina, el fuego de la vicharra da abrigo, pero no luz. Los cuyes caminan al borde de las paredes sin salir por la puerta. Las carnes están colgadas del techo, ahumándose. Mientras la señora Nidia cocina, las niñas van a recoger las ovejas. En Culebramarca no hay tareas para el cuaderno: la profesora prefiere hacerlo todo en clase. Sabe que llegando a casa, no hay luz eléctrica para dedicarse a los deberes escolares y las chicas y chicos deben apoyar con algunas labores de casa. La habitación donde duermen Don Florencio, la señora Nidia, Ania, Rosmelinda, Marisela y el pequeño Abilson es grande, alta, espaciosa como para tener dos camas y colgar con cuidado la ropa de la familia. El segundo piso hace de almacén de papas y maíz noche exige cerca de diez frazadas para poder dormir sin frío. Afuera, la oscuridad es total.
Don Florencio y doña Nidia se levantan a las cuatro y media de la mañana. Hay que prender la vicharra, preparar los desayunos para las niñas, trenzarlas.  Los Crisóstomo llegaron a Culebramarca desde Panau para tener un cultivo más grande. Ellos estudiaron hasta segundo, tercero de primaria, lo suficiente para hacer operaciones básicas, firmar y algunas otras  cosas adicionales . "Nuestras hijas deberían aprender un poco más, terminar la primaria. ¿Secundaria? No sé, habría que mudarnos"  dice Don Florencio. Mudarse implica dejar la agricultura.
Primaria, ¿y luego qué?
Las chances de que los niños de Culebramarca puedan llevar la secundaria son bajas. Seguir con los estudios pasa por una mudanza (altamente inviable), enviar al niño con un familiar a la ciudad (si es que lo tienen) o trabajar un par de años para ahorrar y bajar a la localidad de Santa Isabel para estudiar. "La verdad, cuando comienzan a ganar su platita, terminan comprándose algo como un celular y se quedan aquí, ya se les van las ganas de seguir estudiando" dice la profesora. "Si los niños se quedan en la chacra, la aspiración máxima de algunas niñas de aquí es ir a Lima, como sus tías, sus hermanas mayores, y trabajar en alguna casa. La cuestión es estar en Lima"..
Ella trata de estimular a sus alumnos  buscar más opciones. Optar por la chacra no está mal, pero a ella le gustaría que el oficio de la enfermera que visita mensualmente la localidad no sea un sueño imposible para alguna de las niñas del aula que quisiera imitarla. O que, en todo caso,  una mayor preparación les ayude a mejorar el manejo de sus chacras. En el salón hay un mecánico, un ingeniero, una enfermera, una doctora. Cada niño ha escrito en su carpeta lo que le gustaría ser de grande
Con las carreras, Areli busca estimular a los chicos a pensar en ir a la secundaria. Para muchos padres basta con la educación suficiente para comerciar sin ser estafados, escribir correctamente, entender lo que se firma. Hay quienes se sienten incómodos con que la profesora cree expectativas poco factibles a sus hijos, que para qué les llena la cabeza de ideas.  El tema, sin dudas, generó tensión en el año que pasó.
Un día con lluvia
A la mañana siguiente de la jornada con los Crisóstomo, el sol desparece.  El cielo está cargado y es evidente que la lluvia comenzará pronto. Felizmente  la mayoría del camino va de bajada. En el centro comunal, la profesora mira a través de la ventana si ya estamos cerca para salir hacia el colegio. Diez minutos después de entrar al salón se desata la lluvia. No parará hasta tarde.
Hoy las pantuflas abrigadoras y los asientos con pellejo de carnero no son suficientes. Al primer descanso para jugar, pocos quieren salir del aula. En Culebramarca, el frío y la lluvia son temas constantes y en algunos casos, paralizan la dinámica de la comunidad. 
"Los niños a veces se quedan a dormir aquí. En invierno se quedan seguido por la neblina. Ellos mismos, a pesar que viven aquí y conocen, se pierden. Apareces en otro lugar, entonces la dificultad de que no lleguen a casa" dice Arely. La lluvia ha dejado empantanados los montes, la neblina cubre las laderas. Quienes tienen un camino largo de vuelta a casa han preferido quedarse. Esta será una jornada con la profesora. Yoner, Eusebio y Rosmelinda se quedarán en el Centro Comunal. Los chicos cargan con frazadas y pellejos de carnero que han sacado del almacén del antiguo colegio. Hoy Yoner se compromete a preparar sopa de fideos y zanahoria para todos. La profesora solo espera que la cena conjunta no agote sus abarrotes mensuales. En la noche, toca armar la cama y a dormir. Los padres ya saben que si los chicos no llegan en un día de lluvia o neblina, es porque han preferido quedarse en el centro.
Vocación para enseñar
En Culebramarca, Areli es profesora las veinticuatro horas. El resto de su vida la ha dejado a un día de distancia. Trabajar como ella, internada en una comunidad lejana, es en sí una prueba de vocación. Lejos de la familia, lejos de los amigos, lejos del calor hogareño que los demás habitantes de Culebramarca tienen en sus campos, en sus casas, y ella no. "De hecho creo que el trabajo de algunos docentes es muy sacrificado. Hay que dejar de lado muchísimas cosas. Así gane poquito, quiero trabajar en lo que me gusta" reflexiona Areli ya en la mañana, cuando los chicos ya están preparando el desayuno en la vieja vicharra.
Haber hecho del colegio no solo un lugar de trabajo, sino un hogar del cual sentirse responsable, es el mayor aporte que puede dejar esta profesora a la que ha sido su institución educativa en 2014. Recuperar el espacio, hacerlo acogedor para los niños, motivarlos a venir a clases y darles todo lo que puede dentro de las limitaciones y la precariedad. "Ser profesora no es una cosa de ocasión, sino de vocación. Si no, no estaría en este lugar" dice. Que la nueva persona a cargo de estos chicos tome la posta bien.

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